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Uno de los problemas medioambientales a los que nos enfrentamos en la actualidad es la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) que están provocando efectos como el cambio climático. Si bien es posible que tomes medidas para disminuirlas a nivel individual, hacerlo en tu empresa también tiene un impacto mucho más grande.
De esta manera, para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París (2016) y conseguir que la temperatura mundial no llegue a aumentar 1,5 °C respecto a temperaturas preindustriales, se obliga a las grandes y medianas empresas a calcular y reportar su huella de carbono (Ley 7/2021 de Cambio Climático y Transición Energética). Así, las grandes compañías deberán tomar medidas para reducir y compensar los gases emitidos debido a su actividad.
En este artículo vamos a hablar sobre la huella de carbono de las empresas, para que sepas cómo calcular las emisiones de tu negocio. De igual forma, te damos consejos para que puedas reducirla.
¿Qué es la huella de carbono de una empresa?
Del mismo modo que las personas de forma individual contaminan y generan un impacto en el medio ambiente con sus acciones diarias, las empresas también producen emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Esto es lo que se conoce como huella de carbono.
Este indicador mide el total de gases de efecto invernadero emitidos medidos en toneladas de CO₂ equivalente para determinar el impacto que tiene la actividad de una empresa en el medioambiente. De esta manera se pueden definir medidas para reducir y/o compensar esta contaminación.
¿Por qué calcular la huella de carbono de una empresa?
Los motivos para realizar el cálculo de la huella de carbono de tu empresa pueden ser voluntarios, debido a la concienciación social de este problema, o como una medida para el ahorro de recursos económicos y energéticos.
Las organizaciones y negocios de menor tamaño podrán realizar el cálculo si lo creen conveniente, así como tomar medidas para reducir sus emisiones de GEI con el objetivo de mejorar su reputación o para obtener un ahorro energético y económico.
Pero en muchos casos también hay acciones obligatorias, decretadas por medio de acuerdos internacionales y legislaciones de carácter nacional. En España, por ejemplo, a partir del 1 de enero de 2025, las empresas que deberán llevar a cabo el cálculo de su huella de carbono están reguladas por la Ley 11/2018:
- Negocios con más de 250 empleados.
- Empresas con un volumen de facturación superior a 40 M €.
- Compañías con un activo superior a 20 M €.
Dentro de esta normativa también están incluidos los organismos autónomos, los departamentos ministeriales y las entidades gestoras públicas de la Seguridad Social.
¿Cómo calcular la huella de carbono de una empresa?
Cuando tu empresa, o una persona en particular, quiere realizar el cálculo de su huella de carbono, debe tener en cuenta todas sus acciones diarias. Tanto las llevadas a cabo para su actividad laboral como todas las derivadas de la misma, es decir, las emisiones producidas de carácter directo o indirecto.
Así, una fórmula básica para determinar las toneladas de CO₂ incluye el dato de actividad (dato de consumo, por ejemplo, cantidad de kWh de gas natural en calefacción) y su factor de emisión (cantidad de gases emitidos se mide en kg de CO₂ equivalente a los kWh):
Huella de carbono = Dato Actividad x Factor Emisión
Los datos de actividad se dividen en 3 tipos en función de su alcance:
- Alcance 1 o emisiones directas: son las que provienen de las acciones realizadas para llevar a cabo la actividad empresarial del negocio y que están controladas por la misma.
- Alcance 2 o emisiones indirectas: son las relacionadas con el consumo energético de una organización. Por ejemplo: consumo de combustibles en vehículos y en edificios, consumo eléctrico, etc.
- Alcance 3 u otras emisiones indirectas: son las generadas por acciones diferentes a la actividad de la empresa, pero que son una consecuencia de ella (distribución, viajes por trabajo, compras y contrataciones, gestión de residuos, envases empleados, etc.).
Así, para realizar el cálculo de tu empresa debes:
- Selecciona el año que tomarás de base para realizar el cálculo.
- Establece unos límites acerca de la operativa de la organización, así como de los productos o servicios que producen.
- Recoge todos los datos de consumo de ese año.
- Utiliza la fórmula mencionada anteriormente.
El siguiente paso que debes llevar a cabo en tu empresa es el de tomar medidas para reducir la cantidad de emisiones. A continuación, te damos algunos consejos para conseguirlo.
¿Cómo reducir la huella de carbono en una empresa?
Estas son algunas de las acciones que puedes tomar en tu negocio para reducir sus emisiones de GEI como se indicaba en el Protocolo de Kioto de 1997, apoyado por el Acuerdo de París y por la Agenda 2030:
- Reducir el consumo para una mayor eficiencia energética: en este punto, apagar los equipos e iluminación cuando salgas de la oficina es imprescindible. Con esta medida también obtendrás un ahorro económico en las facturas de la luz. Cambiar las luces por LED y dispositivos por unos nuevos de bajo consumo te puede ayudar, del mismo modo que mejorar el aislamiento térmico del edificio para no necesitar tanta calefacción ni aire acondicionado.
- Reducir el uso de combustibles fósiles: estas fuentes de energía emiten ciertos gases a la atmósfera que pueden dañar el medio ambiente, por lo que se están buscando diferentes alternativas que cumplan las mismas funcionalidades de una manera más ecológica. Uno de los ejemplos más sencillos de ver es el de impulsar los vehículos híbridos y el uso de combustibles renovables.
- Consumir energía de origen 100 % renovable: la instalación de placas solares o formación de comunidades solares, por ejemplo, es una gran opción. El empleo de estas fuentes energéticas es una manera de participar en la transición energética.
- Implementar estrategias de responsabilidad social empresarial: es decir, conjunto las acciones que una empresa lleva a cabo para mejorar y comprometerse con el ámbito laboral, medioambiental o social, como por ejemplo reducir los viajes en avión por trabajo o escoger alojamientos sostenibles.
- Realizar campañas de concienciación y sensibilización: tanto para los empleados, como para socios y clientes. Un ejemplo podría ser la concienciación a todos los empleados de ir en bicicleta, caminando o en transporte público.
- Comprar productos locales e impulsar la agricultura regenerativa, la cual busca un equilibrio entre la utilización del suelo y el ecosistema.
- Invertir en proyectos medioambientales: las empresas tienen la oportunidad de compensar sus emisiones con la compra de toneladas de CO₂ en el mercado internacional de emisiones. Son las consideradas como inevitables. Desde Repsol contamos con varios proyectos, para la conservación de la biodiversidad, gestión de residuos y de la calidad del aire.
Del mismo modo que se calcula la huella de carbono de empresas, las fábricas deben conocer también la cuáles son las emisiones generadas por los productos fabricados. En este caso también se vuelve esencial buscar la eficiencia energética en industrias.
¿Por qué inscribir una empresa en el registro de huellas de carbono?
El registro de huella de carbono es esencial para acreditar el compromiso de esa empresa con el objetivo de reducir las emisiones de CO₂. Además, este sello visibiliza los esfuerzos que se realizan para combatir el cambio climático.
Este registro público está avalado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y sigue la línea marcada por los estándares internacionales. Por este motivo, ofrece a las empresas el reconocimiento de las medidas tomadas para una reducción de su huella de carbono.