Ahora que estamos usando calefacción, es importante saber cómo ahorrar y hacer un buen uso de ella para reducir tus facturas. En este artículo te explicaremos cómo usar la calefacción de una manera eficiente y sin renunciar al calor del hogar.
8 trucos esenciales que debes saber
Antes de nada, es importante tener en cuenta que tener una tarifa de luz y gas que se ajuste a tus hábitos de consumo es fundamental para ahorrar en tus facturas. Una vez tengas una buena tarifa, estos trucos te ayudarán a ser más eficiente con el consumo.
Reduce la humedad ambiental
Una humedad relativa más baja en el ambiente puede aumentar tu sensación térmica. Hay muchas formas de llevarlo a cabo. Lo más sencillo es ventilar tu vivienda a diario, ya que al respirar estarás generando una pequeña cantidad de vapor de agua. Eso sí, lo más recomendable es que lo hagas durante las horas centrales del día. Así, la temperatura exterior será más alta y tu casa no perderá calor. Si no consigues reducir la humedad puedes optar por un deshumidificador.
Cierra las habitaciones que no estés usando
Algo tan sencillo como cerrar una puerta te hará ahorrar dinero mes a mes en tu factura de luz y gas. Cada metro cúbico de aire que calientas tiene un coste, puesto que tardarás más tiempo en obtener la temperatura que deseas. Por ello, resulta muy importante no calentar estancias vacías. Del mismo modo, si en alguna de ellas tienes un radiador, lo mejor es que lo tengas cerrado. De esta forma el circuito no calentará esa habitación.
Busca suelos confortables
La cerámica es muy habitual. Sin embargo, no es la mejor opción para conservar la temperatura de tu hogar. Hasta un 7 % del calor se pierde por esta vía y eso supone un mayor gasto energético. Los suelos de madera o de PVC son mucho más eficientes en este aspecto. Otra gran idea consiste en complementarlos con el uso de alfombras o de moqueta, ya que ayudarán a reducir las pérdidas de temperatura.
Aísla tus paredes, ventanas y techos
Las ventanas son responsables de la mayoría de las pérdidas térmicas en la vivienda. Sustituir aquellas con cristales simples o con materiales que ejerzan como puente térmico por otras con certificación A+ te supondrá hasta un 30 % de ahorro. Lo mismo sucede con las puertas. Tampoco debes olvidarte del correcto aislamiento de los muros. Materiales como el poliestireno extraído, la lana mineral o la celulosa son los que mayor protección te ofrecerán.
Ajusta la temperatura a cada habitación y revisa la instalación
La cantidad de calor necesaria no es la misma en todas las estancias de la casa. Por este motivo, lo mejor es aportar a cada espacio el calor adecuado, en vez de tener la misma temperatura en toda la vivienda.
Apaga la calefacción al salir de casa
Muchas personas creen que para consumir menos energía es conveniente mantener una temperatura constante las 24 horas del día. Quienes defienden este argumento consideran que si la temperatura desciende, entonces habrá que invertir más energía para recuperarla y dejan encendida la calefacción por la noche o al ausentarse de la vivienda. La opinión de los expertos en este sentido es unísona: este argumento es equívoco. La razón es simple: mantener una temperatura constante exige un aporte continuado de energía, por tanto, se gasta constantemente.
Además, todas las casas sufren pérdidas de calor, a través de los muros, ventanas o techos, que hay que compensar. Esta energía que el sistema debe contribuir será mayor cuanto más frío haga en el exterior y cuanto menor –o peor– sea el aislamiento de la vivienda.
Evita pérdidas de calor
La ventilación es necesaria en todas las viviendas, permite eliminar olores y renovar el aire. Además, evita la acumulación de las emanaciones procedentes de los materiales del edificio y facilita que la humedad del aire sea la correcta. Sin embargo, ventilar siempre conlleva cierta pérdida de calor.
Para ventilar correctamente es conveniente que ventiles por etapas cada habitación, es decir, abre las ventanas y mantén cerradas las puertas para evitar portazos o el enfriamiento de la casa al completo.
Opta por la ventilación cruzada: para conseguir un flujo de aire óptimo que permita ventilar la vivienda al completo, simplemente hay que abrir la ventana ubicada en la fachada donde sopla el aire y la ventana del lado opuesto. Esta práctica la puedes realizar durante un menor tiempo para ajustar la pérdida de temperatura general.
Purga los radiadores
Los radiadores de gas deben ser purgados cada año para ayudar a que su funcionamiento sea el correcto y, por ende, para que también su consumo sea el idóneo. El proceso consiste en sacar el aire que se acumula en su interior y que impide que estos aparatos calienten correctamente. Es una tarea sencilla y apenas lleva unos minutos.