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Las calderas de gas son uno de los sistemas para la calefacción y el agua caliente sanitaria más utilizados en los hogares. Es por ello, que entender el consumo de combustible que estos aparatos realizan para llevar a cabo su función se vuelve imprescindible para optimizar su uso y reducir las facturas.
A continuación, te explicamos todos los factores que influyen en el consumo de gas, los tipos de calderas disponibles y algunos consejos que puedes llevar a cabo en el día a día para ahorrar energía en tu vivienda.
El consumo de una caldera de gas no es una cifra fija, sino que depende de varios factores relacionados con las características de tu vivienda, del aparato y de tus hábitos que pueden aumentar o disminuir su gasto energético. Conocerlos todos puede ayudarte mejorar el rendimiento de tu caldera y reducir el gasto que estas producen.
Cuanto mayor sea la superficie de tu hogar, más energía necesitará la caldera para mantener una temperatura agradable. No es lo mismo calentar una casa grande que un apartamento pequeño, el primero necesitará más horas para alcanzar una temperatura agradable.
El buen aislamiento térmico de la vivienda puede marcar la diferencia en el consumo de la caldera. Si tu vivienda tiene ventanas de doble acristalamiento, paredes bien aisladas y puertas bien selladas, evitarás pérdidas de calor, conseguirás que la caldera trabaje menos y reducirás el gasto energético.
La tecnología de tu caldera influye directamente en su consumo. Las más modernas, como las de condensación, son mucho más eficientes que las convencionales. Si estás pensando en renovar tu sistema de calefacción, te recomendamos leer sobre las diferencias entre calderas estancas y de condensación.
Rellena el siguiente formulario y averigua cuál se adapta a tus necesidades.
Tus hábitos de uso también influyen en el consumo caldera. Mantener la calefacción encendida durante muchas horas o todo el día, configurar la temperatura demasiado alta o el empleo de agua caliente de forma ineficiente, aumentará significativamente el gasto.
En zonas más frías, las calderas trabajan más para alcanzar la temperatura deseada, lo que incrementa el consumo. Ajustar la temperatura según las condiciones climáticas es clave para optimizar el gasto.
Existen en el mercado diferentes tipos de calderas y cada una con características específicas que hacen variar el consumo. Aquí te explicamos las principales:
Las calderas convencionales o estancas son las más antiguas y menos eficientes. Su consumo de gas es mayor en comparación con los modelos más modernos, ya que pierden calor a través de los gases de escape.
Estos aparatos funcionan a temperaturas inferiores a las convencionales, lo que reduce el consumo energético. Son una opción intermedia entre las tradicionales y las de condensación.
Son las más eficientes del mercado. Aprovechan el calor de los gases de combustión para calentar el agua, lo que disminuye significativamente el consumo. Alcanzan rendimientos superiores al 100 %. Además, reducen las emisiones de NOx y CO₂.
El gasto de gas se mide en metros cúbicos (m³) o kilovatios hora (kWh). La cantidad exacta que consume tu caldera dependerá de los factores mencionados anteriormente, así como del tipo de caldera que tengas instalada (según el modelo y la potencia).
Para comprenderlo mejor, aquí tienes algunos ejemplos con cálculos basados en datos aproximados:
Supongamos que tienes una caldera de gas con una potencia de 24 kW y que el precio del gas natural es de 0,08 €/kWh. El cálculo sería el siguiente para el consumo de esta caldera gas por hora:
Si usas la caldera durante 5 horas al día, el coste diario sería:
1,92 € × 5 horas = 9,6 € al día.
Aunque funcionan con gas, las calderas también consumen electricidad para la bomba de agua, el ventilador y los sistemas de control.
Este consumo eléctrico en la caldera de gas suele ser bajo, pero constante. Por ejemplo, un aparato con una potencia eléctrica de 150 W (0,15 kWh) que funciona 5 horas al día consume 0,75 kWh diarios (0,15 kW x 5 horas = 0,75 kWh).
Coste por hora = 0,15 kWh × 0,15 €/kWh = 0,0225 € por hora.
Coste eléctrico diario = 0,025 € × 5 horas = 0,1125 € al día.
Para calcular el consumo de tu caldera, puedes revisar tus facturas de gas de los últimos meses y analizar tu consumo promedio. También puedes utilizar herramientas que te ayudan a estimar tu consumo en función de las características de tu vivienda y tus hábitos de uso o seguir esta fórmula:
Consumo mensual (kWh) = Horas de uso al día x Días de uso al mes x Potencia de la caldera (kW)
Utiliza los datos del modelo específico que tengas instalado en tu vivienda. Revisa también tus tarifas energéticas para aumentar el ahorro en tus facturas. En Repsol te ofrecemos diferentes productos para que se adapten a tus necesidades.
Conoce nuestras tarifas
Tarifa Gas & Más
Una tarifa de gas natural siempre al mismo precio durante 12 meses.
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Un plan que unifica luz y gas natural para que ahorres en tu factura.
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Con el objetivo de que ahorres en tu factura, queremos ofrecerte algunos consejos para reducir el gasto de gas de tu vivienda:
Llevar a cabo un mantenimiento regular garantiza que tu caldera funcione de manera eficiente. Además, recuerda que la revisión obligatoria de calderas de gas es fundamental para evitar averías y mejorar el rendimiento.
Realiza una revisión anual de tu caldera con un profesional. Esto te ayudará a detectar fugas, averías y optimizar su rendimiento. En Repsol, te ofrecemos un servicio de mantenimiento de caldera de gas para que no tengas que preocuparte por nada.
Tu caldera protegida con revisión obligatoria incluida con el Asistente Caldera y Servicio Integral Gas. ¡Sin permanencia!
Instalar termostatos inteligentes para programar la temperatura calefacción según tus horarios, evitará el consumo innecesario si no estás en casa.
Mantener la caldera a una temperatura moderada (entre 18 °C y 21 °C por el día y entre 15 °C y 17 °C por la noche) es suficiente para disfrutar de un ambiente confortable sin gastar demasiado. Es importante señalar, que no es recomendable apagar y encender la caldera continuamente.
Por ejemplo, bajar la temperatura de 23 °C a 21 °C puede suponer un ahorro de hasta el 14 % en el consumo de gas.
Evita colocar objetos sobre los radiadores, ya que esto dificulta la circulación del calor y obliga a la caldera a trabajar más.
Ventila la casa durante periodos cortos, preferiblemente por la mañana para renovar el aire tratando de evitar la pérdida de calor.
Si estás pensando en renovar tu caldera o necesitas una nueva para tu hogar, en Repsol tenemos una amplia selección de calderas de gas de alta eficiencia que te ayudarán a ahorrar energía y reducir tu factura.
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