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¿Vives en una comunidad de propietarios? Una de las principales novedades de estos últimos meses es la prohibición de la calefacción central en 2023. El Gobierno lleva desde comienzos de año avisando de que el cambio sería inminente, y ahora todas las viviendas deberán tener un sistema individual.
Quienes no cumplen aún con la normativa se están preguntando cómo les afectará y cómo deberán efectuar la nueva instalación. Hemos elaborado este artículo para despejar todas las incógnitas que puedas tener y, además, te vamos a explicar qué implicaciones tiene esta medida.
La calefacción central siempre ha sido un elemento tradicional en las comunidades de propietarios, comenzando por las primeras calderas. Lo que era una costumbre acabó prohibiéndose mediante el Real Decreto 736/2020, de 4 de agosto, que entró en vigor tres días después. De este modo, en el año 2020 se impuso la sustitución por la instalación térmica individual.
Una de las principales motivaciones fue regular lo que cada vecino paga por la energía que utiliza. Con el sistema compartido, la factura total se divide entre el número de viviendas, sin importar si una ha realizado un consumo mayor. Una de las consecuencias es que quienes hacen un uso responsable pagan lo mismo que quienes derrochan.
Es cierto que han pasado tres años desde que entró en vigor la normativa. Sin embargo, no fue hasta el 1 de mayo de 2023 cuando finalizó el plazo. El motivo de este horizonte temporal tan dilatado ha sido la inversión necesaria para cambiar la calefacción centralizada por una individual y la necesidad de buscar el acuerdo entre los propietarios.
Pero ¿qué pasará con los edificios que no realicen la sustitución? El próximo 1 de enero de 2024 se pondrán en marcha una serie de sanciones que están recogidas por la Ley 18/2014, de 15 de octubre. Comienzan en los 3.000 euros y pueden ir agravándose en función de las circunstancias hasta los 10.000 euros, que serán cargados a la cuenta de la comunidad.
El Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) establece que este tipo de inmuebles debe poseer siempre una instalación individual y no centralizada. Esta norma se aprobó en 1998, con lo que se aplicó a todas las construcciones levantadas después de ese año.
Las que estaban en planta para ese momento no tuvieron que adaptarse a este criterio. Sin embargo, fue con la ley que estamos abordando cuando se obligó a todas las comunidades de propietarios. Dicho de otro modo, cualquiera que hasta ahora tenga un sistema compartido debe haberlo modificado para el 1 de mayo de este año.
Es comprensible que el paso a la calefacción central individual genere dudas e inquietud entre los propietarios, por eso queremos mostrarte las distintas situaciones que pueden darse.
La colocación de contadores para cada vivienda es prioritaria. La OCU recomienda optar por sistemas de anillo, es decir, que cada casa posea una entrada y una salida, con los radiadores interconectados.
Los radiadores con calefacción central también están incluidos en la legislación como aquellos que deben cambiarse. Los que están exentos son los fan coils, la aerotermia o los emisores de calor en serie.
La normativa especifica que la modificación no será obligatoria cuando no compense en términos económicos ni energéticos. Si analizamos por zonas, hablamos de las siguientes:
Lo cierto es que se trata de una inversión importante para las comunidades de propietarios que, de todos modos, se compensa a medio-largo plazo. Esta es la media, de acuerdo con cifras del sector:
Por otro lado, si incluimos nuevos equipos de radiadores con certificación energética A, el precio podría ascender hasta los 80.000 - 90.000 euros. Estas cifras se calculan para un edificio propio de grandes ciudades con unos 15 o 20 pisos.
Durante estos últimos años, comunidades de propietarios de todo el país han indicado tanto puntos positivos como negativos de esta legislación. El principal inconveniente es el elevado coste, unido a la necesidad de efectuar obras en zonas comunes y viviendas para independizar las instalaciones.
Respecto a los beneficios, podemos señalar tres que comprobarás en el corto-medio plazo:
Ten en cuenta que esta medida se aprobó antes de que comenzara la guerra de Ucrania y, por tanto, la crisis energética. En su momento, fue visto como un paso determinante para acabar con el malgasto de electricidad. Sin embargo, la situación actual justifica todavía más esta medida, como afirman desde el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE).
La misma institución —replicada por la Comunidad de Madrid— establece que la electricidad se disminuirá hasta en un 30 %. Esta cifra te permite conocer el impacto positivo que va a tener esta medida. De acuerdo con el sector eléctrico, habría que descontar hasta un 10 % por los gastos de la propia obra, pero se amortiza a corto-medio plazo.
El Real Decreto 736/2020 regula el reparto de costes en sistemas de calefacción centralizada, estableciendo que deben asignarse de forma proporcional al consumo real de cada vivienda. Para ello, se divide en dos partes:
La proporción exacta entre ambos costes debe ser definida por la comunidad de propietarios, teniendo en cuenta el criterio técnico del mantenedor de la instalación.
También es importante destacar que, en caso de no instalar contadores ni repartidores de costes, al usuario se le aplicará la mayor ratio de consumo por metro cuadrado registrada en el edificio. Esto supone un incentivo para cumplir con la normativa, ya que quienes no lo hagan podrían terminar pagando más de lo necesario.
Con este sistema, se busca garantizar un reparto más justo y fomentar un uso eficiente de la energía, donde cada usuario pague únicamente por lo que consume. El objetivo final es avanzar en la transición ecológica y conseguir que los edificios sean más eficientes, algo que también lograrás con nuestro servicio de gasóleo para comunidades.
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