El consumo de gas natural se ha incrementado durante los últimos años, en línea con una mayor apuesta por la sostenibilidad. De hecho, España realizó exportaciones durante 2022 para suplir la carencia de Francia y Portugal, según el Ministerio de Transición Ecológica. Esta situación pone de relieve el potencial estratégico de nuestro país.
Sin embargo, todavía sorprende que haya consumidores que no conozcan esta energía que emplean en sus hogares. Por ello, a continuación, explicaremos qué es, para qué sirve y lo compararemos con otros tipos que resultan de interés como parte de la oferta actual.
¿Cómo se obtiene?
Según expone el Ministerio para la Transición Ecológica, el gas natural se consigue cuando la materia orgánica (restos de plantas y animales de hace siglos) se degrada. Esta materia se encuentra en yacimientos petrolíferos o en reservas aisladas, que pueden estar en tierra o en el mar. Igualmente, es posible producirlo mediante la transformación de aguas residuales o los desechos sólidos.
En todos los casos que hemos mencionado, se extrae el metano, que es el componente fundamental de este gas. Sin duda, una vía muy útil para reducir el consumo de gas y optar por fuentes sostenibles.
¿Para qué sirve el gas natural?
Nuestro país ha explorado las utilidades de este combustible desde hace años. De hecho, en 2016 experimentó un fuerte ascenso hasta los 321 TWh, según el Ministerio para la Transición Ecológica. Esta cifra se debe, entre otras cuestiones, a su amplia variedad de aplicaciones.
Por un lado, tenemos los usos domésticos:
- Generación de ACS (agua caliente sanitaria) en calderas, acumuladores y calentadores.
- Calefacción y equipos de climatización por radiación.
- Medios de cocina tradicionales y como alternativa a la electricidad.
Por otro, nos ofrecen otras tres formas de emplearlo que son de interés:
- Industrial, como la producción de químicos (amoniaco, metanol o etileno, entre otros).
- Producción eléctrica, mediante plantas de ciclo combinado.
- Movilidad, como combustible para vehículos (natural licuado o GNL).
¿Qué tipos de gas existen?
A lo largo de los últimos años, han surgido nuevos tipos como consecuencia de novedosos medios de producción, que dibujan un panorama de optimismo. Existen dos clasificaciones principales que debes conocer:
Según su composición después de extraerlo
- Gas asociado. Cuenta con restos de petróleo, pues se obtiene de reservas petrolíferas. Posee una mayor cantidad de hidrocarburos (compuestos que tienen, en su mayoría, carbono e hidrógeno).
- Gas no asociado. No tiene petróleo ni derivados de este, dado que se extrae en yacimientos animales o vegetales. Está prácticamente libre de compuestos como las naftas o el etano, dos hidrocarburos.
Según varíen las condiciones de las materias primas
- Gas natural puro. Está sometido a una presión de 1 atmósfera y está a 20 °C, es decir, a temperatura ambiente, por lo que permanece en estado gaseoso. Generalmente, esta es la opción más económica de las tres, algo que podrás comprobar en el cálculo de tu factura de gas.
- Gas natural licuado (GNL). Esta alternativa se usa para el consumo energético y se encuentra en estado líquido. Se obtiene al exponerse a una elevada presión y está a temperaturas de -160 °C, aproximadamente.
- Gas natural comprimido (GNC). Su estado es gaseoso y se conserva a presiones muy elevadas, de unas 250 atmósferas, por lo general. Presenta una temperatura de 20 °C y se suele emplear más para la movilidad de los vehículos.