Calefactores

El consumo de un calefactor eléctrico depende de su potencia, que se mide en vatios (W). Los modelos más comunes oscilan entre 1000 y 2000 W. Por ejemplo, un calefactor de 1500 W consumirá 1,5 kWh por cada hora de uso. Esto sin tener en cuenta otros factores como el tamaño o el aislamiento de la estancia, así como funciones ECO o de bajo consumo. 

Para calcular el consumo diario, multiplica la potencia por las horas de uso. Si se utiliza durante 4 horas será un total de 6kW que, multiplicado por el precio medio de la luz, alrededor de 0,15 €, es un total de 0,9 € al día y si la utilizamos durante 30 días al mes son 27 €. El coste de la luz dependerá de la tarifa eléctrica contratada.  

Aunque un calefactor eléctrico puede funcionar de manera continua, no es recomendable mantenerlo encendido por más de 3 horas seguidas, especialmente a su máxima potencia, ya que existe el riesgo de sobrecalentamiento y puede ser perjudicial para la salud y la seguridad.  

Para un uso óptimo y seguro, es importante elegir un calefactor con termostato y protección contra un calentamiento excesivo. Busca opciones con programación para el apagado automático o que te permita alternar períodos de uso con descansos. 

En general, los calefactores eléctricos son eficaces para calentar espacios cerrados de manera rápida y cómoda. La eficiencia varía según el tipo y modelo, siendo los cerámicos y los de cuarzo los más populares.

Los calefactores cerámicos destacan por su eficiencia, ya que calientan rápidamente el ambiente y mantienen el calor por más tiempo y lo distribuyen por toda la estancia, usando menos energía. Este tipo regula la temperatura de forma precisa, adaptando su potencia según sea necesario, lo cual evita el consumo excesivo de electricidad y optimiza su rendimiento.  

Los calefactores de cuarzo, por su parte, son eficaces en espacios pequeños donde se necesita calor inmediato. 

Para un menor gasto eléctrico, los calefactores cerámicos y los modelos de calefactores de cuarzo de bajo consumo son opciones recomendadas. Los cerámicos ajustan automáticamente la potencia, lo que optimiza el uso de energía, mientras que los modelos de cuarzo pueden ser efectivos para necesidades de calor puntual en espacios pequeños, ya que generan calor inmediato sin grandes picos de consumo.  

Además, los que cuentan con termostato regulable y funciones de ahorro o ECO también son opciones eficaces. 

Depende del tamaño de la estancia que se necesite calentar. Tanto los calefactores cerámicos como los de cuarzo son ideales para este objetivo: 

• Los de cuarzo son eficaces para habitaciones pequeñas (5 y 10 m²) o espacios donde se necesite calor puntual y rápido.  
• Los cerámicos son recomendables para calentar habitaciones medianas (10 y 20 m²).  
• Para espacios más grandes (entre 20 y 30 m² o más), podrían usarse los cerámicos de mayor potencia o complementarlos con otros sistemas de calefacción.