El Piquillo de Lodosa es el rey de los pimientos de Navarra. Delicado, de carne fina y compacta, estos pequeños pimientos de color rojo intenso se deshacen en boca, dejando un agradable sabor dulce que te incita a seguir comiendo. Cultivados en los campos de Mendavia, se elaboran como hacían antaño: primero se asan directamente a la llama, se pelan a mano de forma minuciosa y siempre se trabajan en seco, dejando en su carne el matiz que aporta el fuego.
Considerado el oro rojo de Navarra, estos pimientos tienen un tamaño de unos 8-10 centímetros de largo y su característica punta -ligeramente retorcida hacia arriba- les otorga el nombre de piquillos. Su recolección es manual y se realiza entre los meses de octubre y noviembre, cuando tienen el punto justo de maduración. En cocina es una conserva muy versátil: puedes hacerlos rellenos, añadirlos a una ensalada o servirlos como guarnición a tus carnes y pescados. Éxito seguro en todos los casos.